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Los Tableros de Torre de Santa María

Con la llegada de septiembre, el pueblo extremeño de Torre de Santa María se transforma por completo.

Las calles se llenan de colores, de aromas a dulces recién horneados y del sonido de las castañuelas y el pandero que resuena desde hace más de cinco siglos.

Atento a lo que te espera el 21 de septiembre, porque tienes una cita con la Fiesta de los Tableros de Torre de Santa María.

La tradición de Los Tableros de Torre de Santa María tiene sus raíces en las antiguas costumbres rurales del pueblo.

Las tablas que antes servían para llevar el pan al horno, se convertían durante un día en auténticos altares cargados de significado.

Adornadas con flores, panes y dulces típicos de la zona, se ofrecían a San Mateo como gesto de agradecimiento por las cosechas y como súplica para asegurar el alimento de los años venideros.

Con el paso del tiempo, aquella costumbre se transformó en una de las señas de identidad de Torre de Santa María.

Y hoy en día, son las tableras —jóvenes del pueblo vestidas con traje tradicional y el cojín de cintas en la cabeza, la famosa rodilla— quienes portan estos tableros en un vistoso y sabroso desfile acompañadas de los danzadores que marcan el compás al son del pandero, las castañuelas y la flauta.

El momento culminante llega cuando acaba el pasacalles y los tableros se colocan sobre mesas adornadas en la plaza del pueblo para dar comienzo a la tradicional subasta de tableros y dulces típicos.

Pero antes de dar paso a la subasta, se produce el ancestral baile del Chicurrichi. Un baile que ha pasado de generación en generación y que cada año vuelve a reunir a todo el pueblo en la plaza.

El domingo 21 de septiembre la jornada comienza en la iglesia con una  misa en honor a San Mateo y una procesión que recorre las calles del pueblo acompañada de música.

Es por la tarde, a eso de las 17:00 horas, cuando llega uno de los momentos más esperados: el pasacalle de las tableras que avanzan acompañadas de los danzadores mientras el pandero, las castañuelas y la flauta marcan el compás. 

El desfile acabará en la Plaza de España, donde todo el pueblo se reúne para presenciar el tradicional baile del Chicurrichi.

Y justo después comienza la gran subasta: primero los tableros completos, con todos los dulces que llevan encima, y entre uno y otro también dulces sueltos desde la mesa de ofertorio. Una escena que llena la plaza de pujas, aplausos y mucha emoción compartida.

Al terminar la subasta, el ambiente se endulza aún más con dulces típicos de la zona que reparte el Ayuntamiento de manera gratuita para todos los presentes hasta finalizar existencias.

La jornada se alargará hasta la noche, primero con un tributo a Estopa y después con la música de Orquesta Tentación, que convertirá la plaza en una auténtica pista de baile.

Así que ya sabes. Si no quieres perderte esta tradición extremeña, guarda el domingo 21 en tu agenda y echa un vistazo a la programación para no perder detalle.

Y para cualquier duda, o para organizar mejor tu escapada, puedes contactar directamente con el Ayuntamiento de Torre de Santa María. Estarán encantados de ayudarte.

Los Tableros de Torre de Santa María

Diego Antonio Valhondo GómezAlcalde de Torre de Santa María

Para nosotros, la Fiesta de los Tableros junto a la danza del Chicurrichi, es mucho más que una tradición. Es el día que marca el inicio de nuestro año y en el que empezamos a contar los 364 días que faltan para el siguiente San Mateo. Es sin duda un sentimiento y orgullo por ser lo que somos y por mantener viva una tradición centenaria que nuestros antepasados conservaron con tanto esfuerzo.

Si me preguntaran cuál es el momento más emocionante, sería muy difícil quedarme solo con uno de ellos. Tanto la entrada de los tableros en la Plaza de España al son de las castañuelas, el pandero y la flauta, como el instante en que las tableras bajan sus tableros para depositarlos en las mesas de la subasta, o la carrera del baile… todo y cada uno de ellos son muy especiales, y no sabría con cuál quedarme.

En esta tradición, el papel de las familias y los jóvenes es esencial. Son las familias quienes se implican desde el primer momento en la preparación del tablero: los adornos, los dulces, la ropa… y también quienes ayudan a colocarlo en la cabeza o a bajarlo en el momento de la danza. Además, son quienes más pujan en la subasta para quedarse con el tablero de su tablera. Y los jóvenes, desde bien pequeños, participan llevando bandejas y cestas con dulces ataviados con su traje tradicional. Más tarde se convierten en tableras o danzadores. Aquí no hay edad: todos tenemos un papel.

A quienes estén pensando en venir por primera vez, les diría que se dejen llevar: que sigan a los tableros hasta la plaza, que miren cada detalle y que se sientan como en casa.

Porque Torre de Santa María abre sus puertas a todo el que llega, con la hospitalidad de un pueblo orgulloso de su tradición más querida.

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